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Cuando mi Narciso se niega a quedarse en fondo del lago

Me es difícil determinar si algunas de mis cualidades son virtudes o defectos, tan difícil que opto por creer que cada característica que me conforma tiene la capacidad de actuar como virtud o como defecto según el momento.


Hace un par de días caí víctima de la gripe y es ahí cuando suele aparecer un ser que ante mis ojos es digno de comparación con Mr Hyde, no está de más decir que la dualidad entre este último y el Dr Jekyll es algo que siempre me ha fascinado (The Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde completamente recomendado); el caso es que en esos momentos de vulnerabilidad causada por las defensas bajas hacen que germine y se desarrolle el narcisismo más puro en mí, como si alimentar mi ego pudiera mejorar no sólo mi estado anímico sino el físico también.

Tengo que aceptar que a otra parte de mí le desagrada esa actitud, pero del mismo modo tengo que aceptar que es justo y necesario que mi casi eterna visión romántica de las cosas se de unas pequeñas vacaciones unos días al mes. 

Curiosamente hoy ya no logro distinguir esas emociones que paseaban libremente hace unos días por mi cabeza, pero dentro de lo que recuerdo estaba la idea de utilizar a personas sin importar los sentimientos ajenos, estaba hambrienta de halagos y de caricias que sólo me lograran satisfacer a mí y hago un fuerte énfasis en SÓLO A MI, el amor mutuo en pareja, que se espera con tanta ansiedad la mayoría de las veces, pasa de ser un deseo profundo equivalente a sensaciones de alegría, luz, conocimiento, convivencia y amistad a un fantasma invisible, intangible, obsoleto e inexistente; que grave aceptar la posibilidad de que sea de esta forma.

Mi empatía se fue por un caño, y aunque en ese momento fue solo una idea, descubro que ya en repetidas ocasiones he logrado plasmarla en una realidad de acuerdo a lo que me convenga. 

Me maravilla y al mismo tiempo me entristece un poco reconocer tal frialdad en los adentros de este particular personaje que soy yo, como si nunca hubiera sido yo la "víctima", si lo podemos llamar de ese modo, de tales modos de actuar con los demás. Y no es que sienta la necesidad de expiar esta "culpa" es, más que otra cosa, un tiempo que encontré conveniente para deliberar, como dije en un principio no creo que esto sea bueno o malo, siempre y cuando se tenga la capacidad de entender la situación que se atraviesa para poder analizarla. 

Por el momento mi Narciso vuelve a las profundidades de donde salió y la máscara que llevo ahora espera reconocer su próxima salida para disfrutarla y aprender de lo más que se pueda de esta faceta que se esconde aparentemente inerte pero más vida que nunca debido al gran interés que me provoca.